Los expertos aseguran que las elecciones tal y como las conocemos desaparecerán. Los votantes no tendrán que acudir a colegios electorales para introducir una papeleta en una urna. Bastará un dispositivo digital y una herramienta de voto seguro para ejercer su derecho con garantías.
Un proyecto pionero desarrollado por la startup Appsamblea permitirá ejercer el derecho al voto por vía digital y de forma absolutamente segura y anónima. La gasteiztarra Clara del Río, integrante del equipo creador del software, explica que la herramienta incorpora tecnología blockchain, novedosa, pero de solvencia contrastada a nivel global en procedimientos seguros, como compras digitales y todo tipo de transacciones online. Ello garantiza la absoluta fiabilidad del proceso, la imposibilidad de manipulación y, gracias a un nivel de encriptado muy sofisticado, consigue que nadie, ni siquiera los responsables de su programación, sepan quién participa en una votación ni el signo de su voto. Su salida al mercado es inminente. “Será posible votar con Appsamblea en el plazo de un mes”, anuncia.
La startup, nacida al abrigo de la incubadora de proyectos Demium, ha decidido sustentar su proyecto en una tecnología de eficacia contrastada en materia de seguridad como es blockchain, desarrollada por terceros. Para explicar de forma sencilla cómo funciona esta “cadena de bloques”, Del Río recurre al ejemplo de un movimiento bancario. “Imaginemos que cada vez que realizásemos una operación en una cuenta la apuntáramos en diez cuadernos. Y que si no se replicase en todos los cuadernos no se podría completar. Además, quienes escriben en los cuadernos ni siquiera se conocen entre sí, pero si no se apunta todo adecuadamente, no se produce el cambio. Así funciona blockchain, salvo que, en nuestro caso, en lugar de diez, los cuadernos son millones”, ilustra.
Lo que convierte en único el proyecto de Appsamblea es el modo en el que han enfocado el proyecto. Mientras otras empresas desarrollan herramientas para ser empleadas en grandes referéndums, tales como elecciones generales, europeas o autonómicas, la herramienta creada por esta startup es adaptable y cubre todos los segmentos de votación imaginables. Sirve para que los vecinos de una comunidad decidan sobre una derrama, para que los accionistas se posicionen en una junta general, para que las empresas planteen una encuesta entre la plantilla o para elegir diputados. Desde lo más pequeño hasta lo más grande. Y siempre con garantías certificadas de anonimato y seguridad.
“Existe un nicho de mercado que no está cubierto y es el de las pequeñas organizaciones. Colectivos que tienen que tomar decisiones en su día a día y que quieren implicar a todos los participantes, pero que no disponen de una manera ágil, económica y segura de implantar un sistema de votación. Hablamos de ayuntamientos, ONGs, empresas privadas... Además, hay que tener en cuenta que el año que viene entra en vigor una ley que obliga a publicar el resultado de las votaciones de las juntas de accionistas el mismo día del referéndum”, avanza. “Con Appsamblea -amplía- dichos resultados están disponibles al instante y pueden ser publicados inmediatamente”.
Cuestión aparte merece el apartado de los costes. Para llevar a buen término una votación es imprescindible contar con una logística y una infraestructura considerables. Mucho dinero invertido en urnas, papeletas, seguridad, puntos de votación, mobiliario, transportes, supervisión y sistemas de recuento. Todo ese presupuesto desaparece y se sustituye por el pago de una suscripción a la aplicación. Los interesados abonan la cuota correspondiente y pueden disfrutar de la herramienta durante el tiempo que hayan contratado. Tantas veces como deseen.
Su modelo de negocio contempla tres planes en base a las diferentes funcionalidades disponibles y funcionan por medio de mensualidades. “Se contrata el servicio a través de la web y puede empezar a usarse en ese mismo instante, la plataforma opera de forma autónoma. Se puede emplear durante todo el tiempo que dura la suscripción”.
Las diferencias entre una gran votación y una decisión de orden más doméstico es evidente. Por ello, la aplicación es configurable. Cualquier persona con unos conocimientos básicos puede adaptar Appsamblea para que se ajuste a la necesidad de cada situación siguiendo unos sencillos pasos. Del Río sostiene que una vez puesta en marcha, la herramienta ofrece “más garantías que el voto físico”. “Aseguramos la identidad del votante, es decir, que confirmamos que quien vota es quien dice ser, garantizamos el secreto de voto mediante encriptado a través de tecnología de curva elíptica, y certificamos que el resultado no pueda ser manipulado. En este último punto es donde entra en juego blockchain. Una vez emitido, nadie, ni siquiera nosotros, podríamos alterar un voto”, resume.
Lógicamente, esta enorme construcción digital ha de contar con los preceptivos cimientos legales para entrar en funcionamiento. “Es uno de los primeros pasos que dimos, era una incógnita clave a despejar para seguir adelante. Hemos hecho bien las cosas y establecido unas bases legales sólidas desde el principio, así que todos los expertos nos respaldan. Nosotros vendemos el software, pero ni somos intermediarios ni responsables de los resultados de las votaciones, de ahí que sea completamente fiable. Somos parte no interesada”, concluye.
Las claves
Disponibilidad. A partir del mes que viene, Appsamblea lanzará su primera versión funcional al mercado, lista para ser empleada.
Versatilidad. El motivo por el cual este proyecto es pionero es que no se dirige exclusivamente a grandes comicios. Abarca todo el espectro imaginable, ya que sirve para ser utilizado por una comunidad de vecinos para realizar una votación doméstica, para celebrar una junta de accionistas o para unas elecciones generales.
Comodidad. La idea consiste en hacer posible celebrar cualquier tipo de referéndum o encuesta sin necesidad de invertir grandes sumas de dinero y de forma sencilla, fomentando la participación. Los votantes pueden elegir sus opciones por medios digitales, empleando un teléfono móvil, un PC o cualquier otro dispositivo.
Seguridad. La clave es la seguridad. El sistema garantiza que quien maneja el dispositivo durante la votación es quien dice ser. A continuación, encripta el voto con tecnología de curva elíptica que garantiza el anonimato y se remite empleando blockchain, un sistema a prueba de manipulaciones e injerencias.
Ahorro. Frente a los elevados costes que implica la celebración de unos comicios, la plataforma no requiere de ninguna inversión al margen del pago de una suscripción. A través de la web de Appsamblea se contrata el uso de la aplicación durante un tiempo determinado y el usuario puede emplearla cuantas veces quiera dentro de ese plazo.
Configuración. Appsamblea es configurable y no es necesario ser un experto para ajustar la herramienta a las necesidades de cada ocasión. Concluida la votación, los resultados se obtienen de forma inmediata y se pueden publicar al instante.
La frase
La responsable de Marketing digital de Appsamblea explica que la diferencia de esta plataforma frente al resto radica en la posibilidad de asistir a pequeñas organizaciones.
Un equipo totalmente equilibrado
Detrás del logotipo de Appsamblea surge un equipo formado por cuatro profesionales, bien integrado, con experiencia y determinación. Apoyados por la aceleradora de startups Demium, que les ha acompañado durante los primeros pasos de la empresa y les ha aportado recursos y orientación, han iniciado contactos con clientes que aguardan con expectación la llegada del producto. Tienen total confianza en el futuro y saben que una vez que se alcance la cota de confianza necesaria, el resto vendrá rodado.
El primer integrante de este equipo es Gorka García, CEO de la startup. Ingeniero informático por la Universidad de Deusto y Digipen, ya ha formado su propia empresa dentro del sector IT. Junto a él, Guillermo López, analista programador con alma de comercial que igualmente cuenta con experiencia en creación de empresas tecnológicas y que es quien se está encargando de presentar Appsamblea al mundo. El tercer miembro es Raúl Bejarano, “el alma de la idea”, ya que la iniciativa surgió de su mente y constituyó la espina dorsal de su proyecto de fin de grado. Ha desarrollado la plataforma durante dos años y cuenta en su haber con varios hackathones -maratones de desarrollo web-,uno de ellos de Telefónica, lo que avala su elevado nivel técnico. El círculo se completa con Clara del Río, especialista en marketing. Después de trabajar durante años en la prestigiosa firma McCaan, en los últimos tiempos se ha especializado en el apartado digital, una característica clave en el desarrollo y la expansión de Appsamblea.