No hay mejor planteamiento ni situación como la que estamos viviendo por el COVID-19 para plantearse la necesidad real de un sistema de voto electrónico. Ya se ha demostrado con las pasadas elecciones al Gobierno Vasco y Gallego que en situaciones como ésta la participación de la ciudadanía desciende de una manera significativa.
La prohibición de aquellos que estuviesen enfermos a votar si no era por correo ordinario, el miedo a contagiarse, o simplemente la pereza o falta de tiempo para desplazarse de un lugar a otro para poder votar, hicieron que la participación cayera de manera muy acusada.
Para posibilitar una participación efectiva el voto en remoto o electrónico supone un gran avance y una herramienta para acreditar y garantizar un sistema de voto eficaz apto para cualquier persona y circunstancia. Nos encontramos con el mismo dilema que viven todos aquellos ciudadanos que por diferentes motivos no residen en su país de origen.
Con la sencillez, accesibilidad y seguridad de este sistema de votación cualquier individuo puede de manera remota participar en cualquier tipo de votación, ya sea electoral, de junta de accionistas, para aprobar cualquier tipo de propuesta… Una propuesta que facilita la toma de decisiones en el entorno laboral, profesional, estatal e incluso en el social.
El actual modelo de participación ciudadana presenta síntomas evidentes de agotamiento y obsoletismo. Es un modelo con capacidad de acceso desigual y que ha sido incapaz de integrar las aportaciones individuales, de las entidades y de los movimientos sociales.
¿Cómo se puede garantizar la participación?
La solución que propone Appsamblea permite que cualquier persona participe de manera activa y sin ningún esfuerzo en cualquier proceso de votación. Un sistema que garantiza la seguridad, privacidad y veracidad del voto, ayuda a que muchas personas puedan confiar en él y ver que su voto puede ser el que cambia las cosas.
Para las modalidades de voto mixto, presencial y online, Appsamblea activa el modo Kiosko, que permite colocar puestos de votación en sedes físicas utilizando un ordenador, tablet o similar. Las garantías de todo el proceso de voto se mantienen, pero el votante puede elegir acudir a un lugar concreto para emitir el voto. Este formato ayudaría a un mejor funcionamiento y crecimiento de la participación, en caso de que el votante sufriera cualquier tipo de barrera tecnológica.
La automatización del voto sin duda puede contribuir a una agilización del escrutinio, con la garantía de legitimidad que proporciona su realización directa y pública por los propios ciudadanos.